Los rellenos faciales con acido hialurónico inyectable se han convertido en el tratamiento preferido para dar volumen o corregir los labios, reducir las arrugas, levantar los pómulos o aportar luminosidad a la piel.
Aunque se trata de la misma molécula, la estructura interna del ácido hialurónico que rellena y aporta volumen es diferente a la del que hidrata. Por eso, existen distintos tipos de ácido, reticulados y no reticulados, y de diferentes densidades.
Los no reticulados de baja densidad son perfectos para rehidratar y dar luminosidad al rostro, mientras que los reticulados de mayor densidad sirven para rellenar las áreas más hundidas y alisar las arrugas o líneas de expresión.
Se trata de un tratamiento estético mínimamente invasivo que no requiere quirófano y uno de sus mayores beneficios es que es reabsorbible.
Los resultados de los rellenos con ácido hialurónico son visibles desde la primera sesión y sus efectos pueden durar hasta 12 meses, variando en función de la edad.